Las Matrículas Eclesiásticas eran documentos que los párrocos enviaban a los obispados, en los que se señalaba el nivel de cumplimiento de los habitantes de una población respecto a los preceptos, normas o comportamiento que, como feligreses, habían de seguir, fundamentalmente la confesión y la comunión. La matrícula de 1868 ha perdido su finalidad original; es, en esencia, un censo. Tratamos ésta en relación a la matrícula de 1826 y al Catastro de Ensenada.
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